Hackea Tu Educación Durante La Universidad

Empecé la uni pensando que lo iba a aprender todo. El esfuerzo merecerá la pena. Encontraré un trabajo que satisfaga mis inquietudes profesionales. Durante estos años aprenderé tantas cosas. Amueblarán mi cabeza para lo que viene después. Todo lo aprendido me ayudará a definir qué es lo que me gusta. Y en qué quiero trabajar. Pero la carrera terminó y… nada sucedió por arte de magia. ¿Qué había hecho mal?

En este artículo parto de las expectativas que tenía antes de comenzar una carrera universitaria (al menos como las recuerdo ahora años después). ¿Qué se ha cumplido? ¿Qué no? ¿Cómo mejoraría mi experiencia? Aunque desarrollé una carrera técnica (Ing. de Teleco) la mayoría de las vivencias y consejos son muy similares en compañeros de otras carreras.

Expectativas

Como arrancaba en el artículo, mis expectativas para con la universidad eran enormes. En parte tiene la culpa el “hype” que meten en tu cabeza en los últimos años de instituto con la maldita selectividad, los puntos y las ferias para conocer universidades. Sea lo que fuere lo que me iban a enseñar representaba la base de mi futuro trabajo. Y los padres siempre nos han dicho que el trabajo es uno de los pilares de nuestra vida adulta, ¿no?

La universidad empezó. Al principio todo era muy complicado. Clases, prácticas, entregas, exámenes. Un ritmo frenético. Implicaba una dedicación enorme. Tuve que dejar de lado alguna de las aficiones de los últimos años de instituto, como la guitarra (la novia es más complicado :P). Pero simplemente había que adaptarse. Poco a poco nos acostumbramos a las reglas de juego, y simplemente hay que adaptarse a ellas. Hay que saber en qué centrarse. Hay que saber gestionarse el tiempo. Hay que saber hacer exámenes. Y de nuevo tenemos todo bajo control.

Logros

Cuando estaba muy cerca de terminar los últimos vestigios de la carrera me hice una reflexión. ¿Qué había aprendido? ¿Qué me gustaba? ¿En qué quería trabajar? ¿Qué quería hacer con mi vida? Por desgracia, el ritmo frenético de los últimos años no me había permitido pararme a pensar, a intentar responder algunas de estas preguntas. Ahora, con más perspectiva, no todas las preguntas tienen una respuesta clara. Pero al menos soy consciente de ello.

Durante estos años había aprendido muchas cosas. Pero cada año me doy cuenta de lo pequeño que es lo aprendido en comparación con todo lo que puede aprenderse. Incluso limitado a un campo concreto de conocimiento. Desde mi primera experiencia laboral me doy cuenta de lo lejano que está de la aplicación práctica lo aprendido en la universidad. En mi trabajo sólo estoy usando un 10% (¡con suerte!) de lo aprendido durante la carrera. Mi eterna excusa ha sido “apréndelo todo, que en algún momento puede hacerte falta”; “en el futuro tendrá sentido este esfuerzo y podrás unir los puntos”. Mentira.

¿Para qué voy a aprender ahora una cosa que necesitaré en el futuro? Antes de Internet quizá sí tenía sentido aprender algo que no ibas a usar. El acceso a los recursos de aprendizaje (libros, personas) era limitado, y puede que no volvieras a tener la oportunidad. Ahora eso ya no es excusa. Además, aprender algo y no ponerlo en práctica es perder el tiempo. Aprende mejor lo que vas a necesitar en el momento justo de usarlo. Así lo aprenderás bien. El resto lo olvidarás. Y además puede que se quede obsoleto.

Cuéntame algo y lo olvidaré. Enséñamelo y lo recordaré. Involúcrame y lo entenderé. (Proverbio chino)

Por desgracia las habilidades requeridas en el mundo laboral están distanciadas de lo que se aprende en la universidad. El enfoque de transmisión de conocimiento teórico es totalmente conductista: los alumnos son una vasija que hay que llenar de conocimientos. Algunas carreras incluyen también ejercicios prácticos pero son casi siempre actividades puramente académicas y alejadas del mundo real.

A tenor de todo esto surgen algunos problemas que conocemos todos. Altas cifras de paro juvenil, de unos egresados que no saben qué quieren hacer y tienen muy poco conocimiento práctico. Conceptos desternillantes como el “intrusismo laboral” y la “titulitis”. Procesos de selección en empresas que rozan el ridículo.

Y al final, todos salen perdiendo. Los egresados de la universidad no encuentran trabajo. Y se siguen formando en aspectos teóricos. O lo encuentran cercano a la esclavitud. O lejano a lo que les motiva. Y las empresas no encuentran el talento que buscan.

Hackeando tu educación

No os quiero ni insinuar que dejéis la carrera. Yo creo que se le puede sacar provecho si se va con la mentalidad adecuada. Simplemente quiero que quede claro que no debe ser lo único que hagáis en esos años. Que un complemento a la actividad académica va a ser muy beneficioso.

Por tanto, mi consejo es que en paralelo a la carrera que estés estudiando hagas otras cosas. Y ya que en esta época no hacemos más que estudiar teoría, qué mejor que complementarlo con algo de práctica. Os pongo un listado de varias actividades que pueden llevarse a cabo, junto con los beneficios asociados. Algunos los pude poner en práctica personalmente. Otros han surgido de mi experiencia en los años posteriores.

Proyecto personal. Una manera práctica de aplicar algunas cosas vistas en clase y aprender muchas otras nuevas, es desarrollar un proyecto personal o pet project. No hace falta que sea un proyecto que vaya a cambiar el mundo, y tengas que estar mil años dándole vueltas a la idea. Piensa en algo molón que te motive… ¡y ponte a ello! Vas a aprender mucho ya simplemente con empezar el proyecto. Por un lado desarrollarás habilidades técnicas, dependiendo del tipo de proyecto: programación, marketing, venta, finanzas. Si algo no lo sabes hacer, simplemente propónte aprenderlo. En Internet puedes encontrar tutoriales y cursos que te ayudarán a hacerlo, desde MOOCs (como coursera) hasta tutoriales interactivos (por ejemplo, codecademy). Pero además, desarrollarás otras habilidades fundamentales para la vida y el trabajo. Por ejemplo, comunicación o trabajo en equipo. Hablando de esto, te recomiendo encontrar compañero de aventuras. Alguien afín con el que trabajar en el proyecto. Y si luego todo va bien y ya te flipas, puedes incluso intentar hacer el proyecto comercial y sostenible. Para ello recomiendo programas de pre-acelaración como el genial Tetuan Valley.

Imagen personal. Suena un poco a tópico, pero aprovecha para create una marca pesonal. Olvida el anticuado CV y créate una web con tu portfolio de proyectos. Si no tienes conocimientos técnicos, hay alternativas sencillas de manejar como wordpress. Crea también contenidos valiosos para la comunidad. Escribe un blog. Aunque creas que no van a interesarle a nadie, al final irás mejorando y tu aportación será útil. En cualquier caso estarás mejorando tus habilidades, desde escritura, comunicación a pensamiento crítico. Usa también las redes sociales como parte de esa imagen personal, y haz que tus contenidos tengan impacto. Al menos recomendaría trabajar con un par de redes sociales como linkedIn y twitter.

Asociaciones y grupos locales. Participa en asociaciones de la propia universidad, donde aportando recibirás mucho más. Yo tengo la experiencia del GUL y el desaparecido jsuc3m. Estos son buenos lugares para encontrar los compañeros de viaje de tus proyectos. Y si quieres llegar un paso más, busca comunidades locales en tu ciudad. Muchas de ellas podrás encontrarlas en meetup.com o a través de la gente que conozcas al realizar tus proyectos.

¿Estás listo?

El ritmo frenético impuesto en la carrera no te va a dejar hacer todo esto fácilmente. Pero propóntelo como meta. Dedicar 4h semanales a estas actividades. Porque el máximo beneficiario eres tú. Mejorará tu experiencia en la uni. Conocerás gente interesante. Desarrollarás otras habilidades que la carrera no te da. Y estarás mejor preparado para desarrollar un buen trabajo. Ojalá alguien me hubiera dicho esto al arrancar la uni. Y ojalá también yo le hubiera hecho caso.

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